2. Piense en el lector

Piense en el lector

Sea directo e interesante. Tenga siempre en cuenta a las personas a las que se dirige, que no son solo su jefe o el revisor de sus traducciones, sino sobre todo los usuarios fi nales. Al igual que usted, ellos también tienen prisa. ¿Quiénes son? ¿Qué es lo que ya saben? ¿Qué es lo que tendría que explicarles?

Trate de ver el tema desde el punto de vista de sus lectores:
  • Haga que se impliquen dirigiéndose a ellos directamente («usted» es un término infrautilizado en los documentos de la Comisión Europea).
  • Imagine las preguntas que podrían hacer y asegúrese de que el documento les da respuesta. Tal vez incluso utilizando esas preguntas como subtitulares. Por ejemplo: «¿Qué cambios aportará esta nueva política?» «¿Por qué es necesaria esta política?» «¿A quién le va a afectar?» «¿Qué podemos esperar de ello?».
  • Haga que se interesen. Déles solo la información que realmente necesitan. Siempre que pueda, omita los detalles sobre los procedimientos de la Comisión Europea y las formalidades interinstitucionales. Todo ello carece de interés para la mayor parte de los lectores y solo sirve para reforzar la imagen de la Comisión como una institución burocrática y distante. Si fuera realmente importante, explique brevemente por qué.


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