5. Inversión en idiomas

Algunas personas aprenden un idioma por motivos eminentemente prácticos. «He aprendido francés por motivos estrictamente profesionales y como medio de comunicación con los habitantes del país donde resido», explica Angel, un especialista informático búlgaro que vive en Bélgica.

Otras personas tienen diversas razones para ello. «Aprender francés me ha beneficiado profesionalmente», afirma Simon, un directivo británico. «También me permite conocer personas francófonas de todo el mundo».

Aprender un idioma puede permitirnos aprovechar oportunidades laborales y académicas. También puede ayudar a mejorar la carrera profesional, pues aporta una ventaja competitiva. Dušan, un consultor checo, asegura que saber alemán le ha abierto oportunidades profesionales y le ha facilitado el contacto con el sector bancario austriaco y alemán. Ha observado cómo ha ido cambiando con rapidez la actitud hacia el idioma como resultado de los cambios políticos en la antigua Checoslovaquia: el ruso, que antes era obligatorio, se rechazó luego por motivos políticos y ha empezado a demandarse de nuevo, principalmente por su utilidad comercial.


Ventaja competitiva

Si usted es empresario o directivo empresarial, disponer de una plantilla multilingüe puede incrementar la competitividad de su empresa. Y, a la inversa, la falta de competencias lingüísticas puede acarrear un precio económico. Por ejemplo, el 11 % de las PYME encuestadas en un reciente estudio llevado a cabo en toda la UE afirman haber perdido contratos porque en su empresa no se dominaban los idiomas necesarios.

Una empresa italiana de productos químicos y abrasivos para el sector de la automoción, que está tratando de penetrar en los mercados extranjeros, está experimentando dificultades para encontrar empleados que cuenten con una preparación lingüística que les permita actuar como intermediarios. La empresa está intentando convencer a las universidades italianas para que fomenten el aprendizaje de idiomas.

La situación no es muy distinta en Polonia. «He hablado con personas de las cámaras de comercio locales que intentan ayudar a las pequeñas empresas y se sienten frustradas... Más veces de las que querrían admitir sus esfuerzos han sido en vano porque las empresas no tenían nadie que supiera idiomas», explica Sabina Klimek, miembro del Foro Empresarial sobre el Multilingüismo respaldado por la UE.

Muchos empresarios y trabajadores conocen esta realidad en relación con el plurilingüismo. Por ejemplo, en muchos puestos de trabajo de Bélgica se exige a los candidatos que dominen al menos el francés, el neerlandés y otra de las principales lenguas de Europa. De hecho, impresiona saber que las tres cuartas partes de las grandes empresas europeas han establecido un plan para la contratación de personal con idiomas.

Igualmente, en muchas universidades europeas se ofrecen programas en idiomas extranjeros, tanto para atraer a estudiantes extranjeros como para mejorar la movilidad de los locales. Algunas universidades lituanas ofrecen programas en inglés, francés, alemán y ruso. En Bélgica, la República Checa y Rumanía algunas universidades ofrecen programas de grado en ciencias naturales, historia o geografía en idiomas extranjeros, que en algunos casos permiten obtener una titulación doble.

© Unión Europea
Privacy Policy